martes, 13 de octubre de 2015

Las 3 Claves de la Comunicación Emocional

No sé si recordarás que hace tiempo cierto futbolista famoso dijo delante de las cámaras de televisión que era el mejor futbolista del mundo.
Si te acuerdas, quizás también sepas que tras esas declaraciones se armó un gran revuelo. Sus detractores le criticaron y las redes sociales se inundaron de pruebas para justificar que no era él, sino otro, el mejor del planeta.
Las claves de la comunicación emocional

¿Por qué ocurrió todo aquello? ¿Por qué se generó tanta controversia si tan sólo dijo lo que creía?
El motivo es que su mensaje era inmóvil, objetivo e inflexible. En definitiva: no utilizaba la comunicación emocional. De haberlo hecho seguramente no le habrían criticado de esa forma.

Las mujeres mejoran, los hombres no

De todas las habilidades sociales habidas y por haber, la comunicación emocional es la que seguramente aportará más paz a tu vida.
No estamos acostumbrados a comunicarnos emocionalmente. Aunque tan sólo queramos dar nuestra opinión personal, solemos hablar de forma objetiva, totalitaria y sin aportar ninguna emoción. “Soy el mejor futbolista del mundo”. O estás de acuerdo o te opones.
Quizás ya sabías que las mujeres se comunican de forma mucho más emocional que los hombres, pero a lo mejor te sorprenda saber que conforme cumplen años todavía lo hacen más. Y en el caso de los hombres ocurre totalmente lo contrario: van perdiendo este tipo de comunicación a medida que crecen, tal y como demostró un trabajo recopilatorio de la Universidad de Nueva York.
También existen diferencias culturales (en los países asiáticos están bastante peor) pero, en cualquier caso, todos tenemos todavía mucho que aprender. Las ventajas que puedes obtener justifican sobradamente que lo intentes.

La importancia de la comunicación emocional

Si te estás preguntando para qué te servirá aprender a comunicarte emocionalmente te daré 4 razones para que decidas si merece la pena o no seguir leyendo este artículo:
  1. Evitarás conflictos y no podrán discutirte. Como verás más abajo, la gente no podrá criticar tus argumentos ni tus opiniones, porque estarán basados en tus emociones y sensaciones. Y eso es algo que tan sólo te pertenece a ti.
  1. Tu interlocutor empatizará más contigo y sentirá que te conoce más. Hablar de nuestras emociones permite que el otro nos conozca más. De esta forma podrás generar más proximidad con alguien que acabes de conocer en un tiempo récord. Y, por si lo habías olvidado, nos gustan más las personas que conocemos.
  1. La persona con la que estés hablando se abrirá y sincerará más. La comunicación emocional expone y a la vez protege tus sentimientos. Eso, por contagio emocional, provocará que tu interlocutor haga lo mismo. Como viste en el artículo sobre imitar, suele ocurrir que la persona con la que hablas termina copiando inconscientemente tu estilo de comunicación.
  1. Justificarás más tus actos. Al hablar de tus emociones, legitimarás más lo que hagas. La gente entenderá que son las emociones las que te han movido a actuar como actúas y que no lo haces por capricho, azar o incluso premeditación. Y eso siempre es más comprensible y aceptable porque de forma implícita estarás aportando tus motivos en forma de emociones.
¿Sigues conmigo? Bien, entonces iré al grano. La parte teórica para aprender comunicación emocional es muy simple; tan sólo debes hacer tres cosas. La dificultad está en incorporarlas como un hábito.

1. Exprésate de forma subjetiva

La perspectiva subjetiva en la comunicación emocional
“Casi todos los políticos son corruptos.”
Supón que tú y yo estamos hablando sobre la crisis, para variar, y en cierto momento suelto esa frase.
Aunque lo que quiero decir es que todo me lleva a creer que la mayoría de políticos son corruptos, lo he dicho de forma objetiva. He descrito un hecho, como si describiera un objeto, y te lo he puesto en bandeja de plata para que me lo discutas si tú opinas lo contrario.
Si en cambio digo: –Siempre he creído que casi todos los políticos son corruptos, el tema es distinto. Estoy usando la perspectiva subjetiva: he hablado desde mí y ya no me puedes rebatir la veracidad de esa frase. Podrás discutirme si tú crees que los políticos son corruptos o no, pero nadie puede juzgar lo que yo creo. Mis sentimientos son míos y nadie más los puede discutir.
¿Qué verbos sirven para expresarse de forma subjetiva? Existen un montón, pero los principales serían creer, sentir, pensar, opinar y parecer.
Si te acostumbras a hablar de lo que crees, opinas o te parece, conseguirás que nadie pueda poner en tela de juicio lo que dices porqué harás evidente que se trata de tu opinión, evitando así muchos conflictos argumentales. Quizás no compartan lo que dices, pero desde luego no podrán acusarte de decir tonterías o mentir.

2. Utiliza verbos emocionales

Dicen que la única persona que puede cambiar como te sientes eres tú mismo. Si bien hay parte de razón en eso, yo creo que la persona con la que estés hablando también puede tener algo que ver.
Resulta que las emociones se contagian. Imagínate que estás en el metro cuando entra una pareja de jóvenes. Toman asiento unas filas por delante de ti y empiezan a reírse. De hecho, no dejan de reírse durante todo el viaje. ¿Cómo crees que terminarías reaccionando?
Si las emociones se transmiten, lo ideal es que hables desde ti a la vez que expresas emociones. En concreto, las emociones que quieres contagiar.
Hasta hace poco la teoría más aceptada era que existían 6 tipos de emociones humanas básicas: alegría, tristeza, miedo, sorpresa, ira y angustia. Sin embargo, los estudios más reciente las resumen en cuatro.
Sean las que sean, si utilizas verbos que transmitan estas emociones lograrás contagiarlas a los demás en tus relaciones sociales. Algunos ejemplos de verbos emocionales serían: ilusionar, amar, odiar, temer, envidiar, apetecer, preocupar, excitar, disgustar, etc. Además, al hablar desde tus sentimientos la gente notará que te conoce más y te percibirá como una persona honesta y abierta.
Mi recomendación es que te acostumbres a usar verbos emocionales positivos mezclados con un toque de humor en tu entorno social. De esta forma estarás contagiando sentimientos positivos, te darás más a conocer y la gente empezará a asociarte con buen rollo. Y todo el mundo quiere tener cerca este tipo de personas.

3. Describe comportamientos y no personas

La tercera parte de la comunicación emocional sería la de describir comportamientos y no personas. De esta forma podrás expresar libremente lo que piensas reduciendo todavía más las posibilidades de crear un conflicto. También resultarás mucho más persuasivo porque la gente sabe que puede cambiar su comportamiento, pero no opina lo mismo sobre su personalidad. ¿Un ejemplo?
“Eres estúpido.”
versus
“Creo que tu comportamiento ha sido estúpido y eso me ha avergonzado.”
En el primer caso me huelo que si le dices algo así a alguien se pondrá inmediatamente a la defensiva. En el segundo estás abriendo las posibilidades de un diálogo.
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Si te acostumbras a combinar la perspectiva subjetiva con los verbos emocionales lograrás que la gente te conozca mejor, más rápido y que además te discuta menos.
Recuperado de http://habilidadsocial.com/claves-de-la-comunicacion-emocional/

 

lunes, 12 de octubre de 2015

ARBITRAJE


FUENTE: https://www.google.com/search?q=ARBITRAJE+MANEJO+DE+CONFLICTOS&biw=1366&bih=657&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMI54mDjIe-yAIVy6oeCh2udAS4#imgrc=hRjB11cwxMTWOM%3A

lunes, 5 de octubre de 2015

Cómo Resolver Conflictos Con Tus Habilidades Sociales

En mi último viaje a Japón cené una noche en un restaurante de una pequeña pero concurrida callejuela del barrio de Shinjuku. El restaurante era tan pequeño que apenas cabíamos cinco personas, así que podía oir casi todas las conversaciones que mantenían los clientes. A mi lado, dos trabajadores de oficina que rozaban la cuarentena discutían acaloradamente.
Jamás había visto a dos personas lanzarse tal cantidad de acusaciones por segundo y terminar tan enfadados (y borrachos) como esos dos compañeros de trabajo.
Aunque este tipo de discusiones son habituales en Japón, la realidad es que estaban inmersos en un conflicto que tan sólo servía de válvula de escape de las tensiones propias de una jornada laboral maratoniana. Por eso pensé en escribir a mi regreso un post sobre las cómo utilizar las habilidades sociales para resolver conflictos (de pareja, amigos, trabajo, lo que sea), manteniendo la calma e incrementando las posibilidades de llegar a una solución.
Por cierto, este artículo está inspirado en el fenomenal libro de habilidades sociales Conversaciones cruciales, donde se explica cómo gestionar conversaciones y conflictos con gran carga emocional. Te lo recomiendo al 100%.

El camino a la acción

Permíteme un recordatorio sobre el proceso que se inicia cuando recibimos una información y termina cuando realizamos una acción.
El camino a la acción en la comunicación
Primero ves y escuchas, recogiendo información. En base a ella, tu mente se crea de forma inconsciente una historia. Estas historias te provocarán unos sentimientos, y según ellos, actuarás de una forma u otra.
La gracia del asunto está en que aún cuando la información inicial recibida sea escasa o casi nula, el proceso continúa. Y los humanos somos increíblemente rápidos montándonos historias.

El problema: confundimos las historias con los hechos

En las conversaciones más delicadas, como discusiones de pareja o situaciones tensas en el trabajo, el problema real es que muchas veces la gente confunde las historias con la información, o dicho de otra forma, con los hechos. Cuando creamos historias tan rápido, podemos empezar a creer que las historias son los hechos. Y ahí empieza el conflicto.
  • El marido de una esposa que durante una temporada llegue constantemente tarde a casa después del trabajo puede empezar a creer que ella tiene una aventura. En ese caso, el hombre quizás confunda su historia (la infidelidad) con la información (su mujer está llegando tarde a casa) y relacione cualquier indicio posterior con la historia que se ha creado, agravando el problema.
¿Cómo intentarías aclarar esta situación si fueras el marido? ¿Cómo utilizarías tus habilidades sociales para evitar que tu esposa se pusiera a la defensiva?
La mejor manera es hacer que ella recorra tu camino a la acción. Deberías conseguir que experimentase de principio a fin, y no al revés, el camino que tú has recorrido para sacar tus conclusiones. Primero debe conocer los hechos y luego tu historia.

5 habilidades sociales que te ayudarán a resolver conflictos

  1. Comparte tus hechos. Empieza explicando los hechos que has detectado. Los hechos no generan controversia. Si quieres persuadir a los demás, no empieces con tus historias, empieza con tus  observaciones. Si empiezas por tus conclusiones y no das pruebas para soportarlas, la gente se inventará las razones por las que estás diciendo eso. Y normalmente será que eres o estúpido o que eres malvado. Recopilar y comunicar los hechos objetivos es el primer trabajo que debes hacer.
  1. Cuenta tu historia. Una vez hayas informado sobre los hechos, explica tu historia sin exponerla como una realidad, sino como una posibilidad. Mientras lo haces, debes detectar si la otra persona empieza a ponerse a la defensiva. Si es así, haz un alto en tu argumentación, aclara qué es lo que no pretendes decir y luego qué es lo que sí pretendes. Y recuerda que no debes disculparte por tu visión de la historia. Es sólo tu visión.
  1. Pregunta por los hechos e historias de tu interlocutor. Una vez hayas compartido tu información y posibles conclusiones, pide que la otra persona haga lo mismo. Demostrarás humildad y comprensión y evitarás que se cierre en banda.
  1.  Habla de forma tentativa. Una aspecto clave en las habilidades sociales. Acuérdate de cambiar “Aquí lo que pasa es..:” por “En mi opinión…”, “Me preguntaba por qué…”, “Quizás no te diste cuenta que…”, etc. Y es que el proceso de diálogo tiene una ironía: al enfrentamos a opiniones opuestas, cuanto más tajantemente hablemos, más resistentes al cambio serán los demás. Hablar en términos absolutos no incrementa tu influencia, la disminuye.
  1. Anima a que te pongan a prueba. Cuando invites a los demás a hablar debes hacerlo de modo que realmente tengan claro que les quieres escuchar por muy controvertidas que sean sus ideas: “¿Lo ves de otra forma?”, “¿Me estoy perdiendo algo aquí?”, “Me gustaría escuchar la otra cara de esta historia”. También puedes jugar tú mismos el papel de abogado del diablo si no recibes respuesta. Recuperado de http://habilidadsocial.com/como-resolver-conflictos-con-tus-habilidades-sociales/