Con los
“nuevos” enfoques sobre los conflictos, los especialistas en “management”
sugieren que los directivos pueden utilizar tres métodos, o estrategias, para
enfrentarlos:
1. Reducir el conflicto
Cuando
este va adquiriendo un carácter disfuncional que puede perjudicar la marcha de
la organización y sus resultados.
Entre las
cosas que puede hacer para esto se encuentran: sustituir las metas y
recompensas que resulten “competitivas”; por otras que demanden cooperación
entre las partes; situar a las partes en situación de “amenaza común” (“si no
nos unimos, perecemos juntos”); hacer cambios organizacionales, que eliminen
las situaciones que pueden generar confrontaciones.
2. Resolver el conflicto
Cuando
resulte imprescindible eliminar la situación de conflicto, porque su
permanencia puede resultar negativa. En este caso, el directivo puede utilizar
tres estrategias:
- Dominio o supresión: Por la vía de la “autoridad”, o “la mayoría”. En la práctica, esto reprime el conflicto, no lo resuelve sino que lo transfiere a lo que los especialistas llaman “conflicto oculto o latente”.
- Compromiso: Tratar de convencer a las partes, actuar como “árbitro”, aplicación de determinadas regla, la compensación, entre otras.
- Solución integrativa: Integrar necesidades y deseos de ambas partes y encontrar una solución que las satisfaga, actuar como mediador.
3. Estimular el conflicto
Cuando la
ausencia de confrontaciones pueda generar la inercia de la organización,
poniendo en peligro la dinámica de su actividad y de los cambios que resulte
necesario realizar.
Entre las
técnicas que el directivo puede aplicar para esto están: acudir a personas
ajenas a la organización (que no pierden nada poniendo en evidencia las cosas
que pueden mejorarse); apartarse de las políticas habituales; reestructurar la
organización; alentar la competencia interna, entre otros.
Tomado de: http://www.gestiopolis.com/manejo-de-conflictos-habilidad-basica-del-directivo/
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