En los
textos sobre “Administración”, o “Comportamiento organizacional” se identifican
tres tipos de conflictos: los intrapersonales, que surgen como consecuencia de
insatisfacciones y contradicciones “dentro” de las personas; interpersonales,
que surgen de enfrentamientos de intereses, valores, normas, deficiente
comunicación, entre las personas. Finalmente, los conflictos laborales, u
organizacionales, que surgen de problemas vinculados con el trabajo, y las
relaciones que se establecen en este, entre individuos, grupos, departamentos,
etc.
Los
especialistas en administración se ocupan de los dos últimos, es decir, los
interpersonales y los organizacionales, que son una forma particular de los
primeros. En el nuevo enfoque sobre los conflictos organizacionales, estos se
clasifican en: funcionales y disfuncionales. Los funcionales son los que pueden
contribuir, si se manejan adecuadamente, al funcionamiento y desarrollo de las
organizaciones. Los disfuncionales son los que crean dificultades, que pueden
afectar los resultados y la propia supervivencia de la organización.
Se
considera que los dos extremos, la ausencia de conflictos y la fuerte presencia
de estos son factores disfuncionales. La ausencia de conflictos puede generar
la inercia de las organizaciones, pues la falta de confrontación de criterios
limita la generación de alternativas, la identificación de nuevas formas de
hacer las cosas, la complacencia con “lo que hacemos” y, con esto, propiciar la
disminución de la eficiencia y de la competitividad.
La
presencia excesiva de conflictos produce una dispersión de esfuerzos, la
confrontación se sobrepone a la colaboración y la cooperación que, en algunas
actividades, resulta fundamental para la obtención de resultados.
Resulta
interesante la diferencia que establece Stoner entre competencia y conflicto
cuando señala “…Existe competencia, cuando las metas de las partes en conflicto
son incompatibles, pero no pueden interferirse entre sí. Por ejemplo, dos
equipos de producción pueden competir por ser el mejor (evidentemente, uno sólo
puede ser el primero). Si no hay posibilidades de interferir con la obtención
de la meta por parte del otro, existe una situación de competencia. Pero, si
hay esa posibilidad, se tratará de una situación de conflicto…”.
http://www.gestiopolis.com/manejo-de-conflictos-habilidad-basica-del-directivo/
muy buena la fundamentación en el manejo de conflictos
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